martes, 17 de noviembre de 2009

La Biblia: El libro que pone a Dios a caer de un burro

Ustedes se preguntarán el por qué del título, es sencillo: el propósito de este blog es hacer un recorrido sobre distintos momentos y personajes críticos, así como la propia figura que de Dios allí aparece, que hace que el Dios ahí presente aparezca como memo, estúpido, alguien que no sabe bien lo que ha hecho y el cual tiene que estar constantemente actuando sobre su obra para corregirla, como si él no supiera de antemano qué va a ocurrir, qué va a acontecer en el desenvolvimiento de las distintas fuerzas y tensiones que se entrecruzan en el maravilloso mundo de la libertad humana, como si de alguna manera al dar la libertad al ser humano hubiera puesto a éste a su misma altura… es decir, como si el hombre pudiera retar a Dios… y vencerle… Esta es la imagen que dan de Dios tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo, que siguen el Judaísmo y el Cristianismo, y que el Islam de alguna manera “respeta” (en su ideario ideológico, en principio, deben respetar las anteriores creencias, sólo que éstas en realidad para ellos estarían… obsoletas… no comments –por ahora-).
El que hace la Ley hace la trampa… y a veces la trampa consiste en ver cuán osado puede ser el enemigo para, una vez llegue el momento, acabar con él de una vez por todas (y que nadie pueda decir ni mú).
Desde el principio se ve que no es un libro que hable de Dios, no hay rastro ahí de testimonio sobre la vivencia de conocer a Dios, lo único que hay es la supuesta historia de su creación… La creación… “y al séptimo día descansó”… ¿Dios necesita descansar?.. NO, entonces, ¿por qué el torcuato que escribió esto pone aquello? Normativización social, a saber: a partir de ahora vais a trabajar 6 de cada 7 días, ¿por qué? porque lo dice Moisés, ¿no? ¿o pretenden hacer creer a la gente que es porque Dios descansó el séptimo día? ¿no, verdad? ¿seguimos admitiendo que Dios es sabio y todopoderoso, no? ah, vale.
Y, bueno, lo de que Dios crea por etapas… ¿Por qué? ¿para hacernos creer qué? ¿que es tonto, incapaz…? ¿por qué? ¿por qué?.. ya veremos si sale algo de esto…
La historia de la humanidad según esta moral de moratón nace nada más y nada menos que del ¡¡¡incesto entre hermanos!!! Aquí en este punto ocurren cosas muy curiosas que creo determinaron la política sexista que se aplicará a la mujer, al menos en el Mediterráneo, hasta no ha mucho tiempo.
Resulta que como Dios es tonto y no sabe que al poco de crear la raza humana o el hecho que va a desencadenar que aparezca dicho espécimen, que aparece como cumbre de la que parece ser la favorita de sus creaciones, a saber: la carne, y no cualquiera, la humana claro, pues no sabe que a este espécimen le va a surgir un sentimiento de hermandad con aquellos otros individuos con los que comparte padres que los distancia sexualmente; y por eso mismo, porque es tonto o un corrupto, comienza la historia con dos hermanos gemelos fornicando… Señor perdónalos si no sabían lo que decían y no los perdones si lo sabían, ¿a quiénes, a Adán y a Eva? Nooo, si esos no existieron, a los cazurros a quienes se les ocurrió la historia. Es curioso porque luego el cine ha tenido dos intentos de hacernos comprender una relación así; una de ellas es esa tan clásica y tan… cómo decirlo… romántica película de dos hermanitos que se quedan huérfanos naufragados en una isla, oooh qué bonito… basura señores, basura, ganas de corromper a la gente; y la tercera intentona de historia incestuosa entre hermanos escenificada como entrañable, por la sucesión de emociones que nos brindan los personajes (es decir, por el juego de consecución cinematográfica, no por el juego de consecución que se daría en la realidad), bueno que es Hierro III.
Pero la cosa no queda ahí, la cosa se pone más peliaguda todavía cuando la pobre Eva se come un tripi y ve… ¡¡¡serpientes hablar!!! aquí lo menos que puede uno es desternillarse, porque uno se queda pensando “¿tanto viaje parriba pabajo de Babilonia a Egipto y no se les ocurre otra historia..?” que la de la serpiente que habla… En seguidita decimos algo más de esto.
Esta historia híbrido de fábula y narración es para decir “¡basta!” ¿qué le pasaba a esta gente que “le dio por acuñar” un monoteísmo en el que lo que menos se hace es alabar la grandeza de Dios? Porque vamos a ver: que Dios les prohíba a Adán y Eva comer algo del Jardín sabiendo que ellos van a comer es un acto estúpido, ¿por qué ponen a Dios de estúpido? Y me dirán: “nooo, no lo has entendido, porque el problema es el ser humano, no Dios; Dios lo hace para probarles”, vamos a ver ¿probar a quién? ¿a este, a aquél, a individuos seleccionados… a Bush, a Benedicto, a los magnates del petróleo, a quién? y luego pasado un tiempo lo deja, deja de visitar el mundo humano, se ha cansado… es tonto y no-omnipotente, Dios no sabe hacer las cosas, el ser humano le supera como dicen las madres de sus hijos, que les superan… Entonces, según esta historieta, que no hay por donde cogerla, Dios bien tiene necesidad de probar a estos dos mongolitos o bien no sabe que van a comer, convenimos en que lo segundo es imposible, ¿no? admitimos que Dios sabe de antemano lo que va a pasar, ¿no? Bueno, entonces, en todo caso lo que tendría sentido es que Dios vaticinase, ¿no?, que dijera algo como: “chavales que sepáis que no quiero que comáis de esto, pero sé que vais a comer tal día a tal hora, tantas piezas…” ¿no tiene más sentido esto? Y aún algún ceporro soltará “pero es que se trataba de que ellos le creyeran desde el principio” y yo digo: “pero so ceporro ¿creías tú a tu madre cuando te decía come lentejas que son buenas para tu salud?”, que no ves que estás tratando a Dios de subnormal, como si no supiera cómo es la naturaleza humana.
He dicho que era un híbrido de fábula y narración porque señoras y señores estoy a punto de haceros el que creo debería ser muy tomado en cuenta como el último descubrimiento tras el Zeitgeist (a esto le dedicaré la debida atención en su momento… ¿o que os habíais pensao, que me iba a dejar esto? no, tranquilos, abordaremos el tema más adelante), tachán tachán: lo de Babilonia no son predicciones sobre reptiles del espacio, nooo, son ¡fábulas, coño, fábulas! ¿Ustedes no las leyeron de chicos? A mí me encantaban, mis favoritas: las de Esopo; El patito feo también, pero ni la mitad que las de Esopo. Las fábulas, por si ustedes lo olvidaron, les recuerdo, son esas historias en las que aparecen caracterizados rasgos humanos bajo la forma de un animal cuyo sentido más desarrollado puede ser colocado metafóricamente como rasgo de personalidad. ¡Vieron qué rápido se acaba con los miedos infantiles! Tan rápido como recuperar tu infancia. Aunque este no es lugar y momento aprovecho para dar dos datos más:
1º Es curioso que se haya dado tanta importancia al temita de las fábulas babilónicas de los lagartos, que ha sido en relación con el Nuevo Testamento y creo que lo están (en otro apartado haré su correspondiente reflexión como ya he dicho), y no se haya prestado atención al de las egipcias, siendo de Egipto de donde salieron Moisés y sus esclavos (y no su pueblo, ya lo explicaré también, cómo se ve este plumero) y no de Babilonia, antes de estar en el desierto, como muy bien señala Jaques Attali en su libro “El mundo, el dinero y los judíos”, el tiempo necesario para que muriese la generación de adultos que habían convivido con él en Egipto el tiempo que estuvo codeándose con las élites egipcias, pero de esto ya hablaremos.
2º Si tomamos las fábulas babilónicas como lo que son: fábulas, podemos encontrar fácilmente su correspondiente humano, aunque no se trata de un carácter de personalidad, cuanto de un hecho, en cuya cima, eso sí, podemos encontrar humanos. ¿De qué hecho se trata? Del poder reptilaneo, ¿lo qué? Un poquito de pseudofoucault: ese entramado que hace que el ser humano se vea él mismo y toda su vida atravesados por el poder que sobre él ejercen las distintas instituciones y procesos sociales a los que se ve abocado sin alternativa posible para poder desarrollar una vida en sociedad… Se deben de partir de risa los que sepan la auténtica verdad sobre este tema cuando ven como os tragáis lo que os echan… en fin, seguid así.
Pero es que si además tomásemos en cuenta el “fábulo-relato”, de aquí a “relato fabuloso” hay ná, y por relato fabuloso hoy en día entendemos todos sin ningún problema que es un cuento, es decir, ciencia ficción, que en el mejor de los casos, si está escrita por gente de buena fe contiene moraleja (si es de mala fe ¿qué será? pues manipulación hombre, manipulación, qué si no); si lo estuviera por Dios digo yo que sería más lógico que contuviese predicción, ¿no? Pero lo que quería decir es que si atendemos a este relato, en él, lo que aparece como animal es ¡una serpiente!, es decir, ¡un reptil!... reptil por aquí, reptil por allá… poder reptilaneo, que no se puede ver a simple vista, que se oculta, que no se deja ver, que engaña, que se arrastra por el suelo, rastrero, venenoso… esto me está recordando algo: intereses políticos… ¿no sé por qué será? (para mí política, religión y cultura son lo mismo… lo mismo: dirigir a la gente, ahora empieza a tener sentido que la serpiente represente el mal, pero no un mal sobrehumano, con poderes sobrehumanos, como se pretende que sea la serpiente, a partir de ahora no hay que olvidar que se trata de una fábula, es decir de la colocación de animales en el lugar de caracteres o hechos humanos).
En la sociedad babilónica lagartos, en la egipcia serpientes; reptiles, hablando en general, en todas las culturas del Mediterráneo, donde se supone comienza su andanza el ser humano (que precisamente se supone es en el país que sirvió de paradigma para la película de Borat).
Una última reflexión, quizá la más fundamental de la historia por ser en la que más se ve que es una manipulación humana y no una predicción o historia divina, porque incurre en soberana contradicción: a ver, que me explique alguien como pueden Adán o Eva, la olvidada Eva, de la que no se dice nada excepto que la culpa de es de ella, nadie se acordó del color de sus ojos o de si era lista o graciosa… en fin, que si no tenía conciencia del bien y del mal ¿cómo es posible que eligiera mal? Si no tenían conciencia del bien y del mal, si no tenían conciencia de su desnudez, entonces, no eran humanos, es decir, que según la Biblia, los primeros humanos eran ¡¡¡animales!!! aaah vale, ahora tiene sentido, o sea, que actuaban por instinto o por impulso, como animales, por lo que no hay posibilidad de juicio moral alguno. Es contradictorio: el ser humano se distingue precisamente de los animales por su alto nivel de raciocinio que le permite hacer juicios de valor, juicios morales, es decir, capacidad de distinguir entre el bien y el mal, y elegir por sí mismo qué hacer, pero si estos dos tuvieron que comerse una manzana, bueno… Eva primero debió de comerse unas setas alucinógenas para ver una serpiente hablar o esto representa otra cosa que no han querido traducir a forma auténticamente humana (¿por qué? ¿Os estoy haciendo pensar demasiado? ¿Sabéis que os digo? El que tenga oídos, oiga; el que tenga ojos, vea, ¿y el que tiene razón? que razone ostia, que razone), el caso es que si tuvieron que comerse la manzana para tener conocimiento del bien y del mal ¿de qué se les puede acusar a los animalejos estos?
Resumen de lo que llevamos visto:
- hay soberana contradicción en el Génesis y sobre todo en la forma de actuar de Dios que éste nos muestra, en este mundo en el que, sin embargo, todo rige por leyes (normal, si encima tenemos que vivir en un mundo más moldeable sin que Dios esté controlando a los que ahora nos gobiernan… nos tendrían a todos creyendo que Pulgarcito gobierna Plutón y mientras ellos volando sobre nubes, ¿se imaginan a Bush de sireno? ¿para qué utilizaría la cola? pues para joder a los peces, está claro).
- Dios aparece sin voluntad divina, sin plan, en definitiva, sin intelecto, el que nos da la libertad no podía hacer otra cosa, según nos la dio Él quedó en nada, un viejo quejumbroso…
- de significar algo significaría cualquier otra cosa menos la que nos cuentan significa, es decir, cualquier cosa menos la creación de la especie humana.
- la serpiente es una metáfora (hemos recuperado el sentido del género literario de la fábula, volvemos a la realidad, a esta realidad que se rige por leyes bastante estrictas ¿o vieron ya ustedes algún cerdo volando?).
Ahora empiecen a pensar si alguien que te dota de la mayor de las grandezas de la carne: el intelecto, tu capacidad de pensar, de valorar, de juzgar qué ocurre a tú alrededor, quiere que sigas tragándote cuentos o quiere que empieces a ser responsable con tus propios pensamientos y tu propia forma de actuar, con aquello en lo que crees y lo que conlleva tal creencia.

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